En el río

Sé que es de día porque el sol calienta. Miro hacia el cielo y percibo un azul que no se puede clasificar ni en el día ni en la noche. No hay nubes y los pequeños destellos blancos me recuerdan la intensidad de las estrellas. Antes del cielo están las ramas desnudas que se mecen con el viento y se acompasan con un río que cae y se desacelera. Ya no quedan hojas, todas están dobladas y secas bajo mi cuerpo. Hace frío y la luz tiñe a las ramas de un blanco luminoso como los destellos del cielo. Encima de las hojas siento una raíz justo en la parte baja de mi espalda, una raíz porosa, que sobresale húmeda y dura como las rocas que la rodean.

hojaseca

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